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Jerónimas

Jerónimas

La Orden de San Jerónimo es una orden católica de clausura monástica y de orientación puramente contemplativa. Surgió en el siglo XIV, siguiendo el espíritu de san Jerónimo, por un grupo de eremitas castellanos encabezados por Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez Figueroa, que resolvieron sujetarse a vida cenobítica y a la regla de san Agustín. Así surgió el Monasterio de San Bartolomé, en Lupiana (Guadalajara). La nueva Orden fue aprobada por el papa Gregorio XI, que residía en Aviñon, el 18 de octubre de 1373. En 1415 veinticinco monasterios decidieron unirse a ella.

Escudo jeronimos

 

La Orden de San Jerónimo es exclusivamente hispánica, sólo se implantó en España y Portugal, y estuvo muy vinculada a las monarquías reinantes en ambos países. Su sede central la tuvo en el Monasterio de San Bartolomé, en Lupiana. Sus monjes eran famosos por su austeridad y espíritu de penitencia. Los reyes de España favorecieron a la Orden Jerónima encargándole labores de gobierno. En 1516, cuando más problemas había en las Indias, le encargaron su gobierno a tres frailes de la Orden, encabezados por fray Luis de Figueroa. Asimismo, dotaron a la orden de muchas fundaciones. Entre ellas destacan el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, Cáceres, el Real Monasterio de nuestra Señora de Fresdelval, Burgos, el Monasterio de Yuste, escogido por Carlos I de España para su retiro, el Convento de Nuestra Señora de la Victoria , Salamanca, el Monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid  y  el Monasterio de El Escorial, mandado construir por Felipe II como monasterio, panteón real, iglesia y palacio.

La Orden de San Jerónimo prescribe una vida religiosa de soledad y de silencio, en asidua oración y fortaleza en la penitencia, y trata de llevar a sus monjes a la unión mística con Dios. Consideran que cuanto más intensa sea esta unión, por su propia donación en la vida monástica, mucho más espléndida se convierte la vida de la Iglesia y con más fuerza es fecundo su apostolado. La vida de los religiosos jerónimos se rige por el equilibrio entre oración y trabajo.

Junto a los jerónimos, surgen las monjas jerónimas. Un grupo de mujeres, entre las que destacan doña María García y doña Mayor Gómez. Empiezan ejercitándose en obras de humildad y caridad hasta que deciden consagrar sus vida a Dios en oración y penitencia. Fray Pedro Fernández Pecha fundó en 1374 el Monasterio de Santa María de la Sisla en las proximidades de Toledo. Él las atiende y las orienta en su modo de vida, en todo semejante a la recién fundada Orden de San Jerónimo. Siguen la misma regla, a ejemplo de santa Paula y santa Eustoquia, discípulas de San Jerónimo.

Monasterios

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